Helado de lágrimas
Hay que ir guardando las
lágrimas
durante todo el invierno en
dos frasquitos.
En uno pondremos las lágrimas
del llanto;
en otro, las de la risa.
No os fiéis de los que venden
en las heladerías;
son de lágrimas falsas,
importadas de Egipto,
lágrimas de cocodrilo.
Mejores son las caseras:
las de la abuela cuando
cumple años,
o las de papá cuando
corta cebolla.
Batir luego con azúcar
y aguardar a que cuajen
en el congelador.
El helado de lágrimas de risa
sabe a sombrilla mandarina.
El de lágrimas de llanto,
a flor de penumbra.
in Sopa de sueño y otras recetas de cococina
José Antonio Ramírez Lozano
Nogales, Badajoz, 1950
Poeta,
romancista,
narrador y profesor de literatura en Educación Secundaria. Es autor de
libros de narrativa, de poesía y de literatura juvenil. A lo largo de su prolífica obra literaria ha recibido más de una veintena premios literarios, entre
los quales el Juan Ramón Jiménez 1984, el Rafael Alberti, el Premio
Nacional de Poesía José Hierro 2004 y el Premio Lazarillo 2011.
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